Será un humilde acompañamiento, pero pocas preparaciones culinarias producen tanto placer como el puré de patata. En su mejor versión, es cremoso, golosón y amigo de cualquier carne con la que coincida en un plato. Hablamos del puré de patata casero, no de las versiones industriales en copos que, sí, son rápidas y fáciles de preparar, pero carecen del sabor y la gracia del auténtico.
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